viernes, agosto 19, 2011

Robert Frost - maestro de poetas

La bruja de Coös

Pasé la noche bajo techo en una granja
Detrás de la montaña, con una madre y su hijo,
Dos de la vieja fé. No soltaron la palabra.

Madre: La gente se cree que una bruja que tiene espíritus familiares
A quienes podría convocar para entretenerse en una nocha invernal,
Más no lo haré, debería ser quemada en una pira o algo semejante
Llamar espíritus no es como decir "Botón, botón,
¿Quién tiene el botón?" y me gustaría que lo supieras.

Hijo: Madre puede hacer que una mesa cualquiera se encabrite
Y patee con dos patas como una mula del ejército.

Madre: Y una vez hecho eso, ¿Qué de bueno tengo hecho?
En vez de inclinar una mesa para que lo vea, permítame
que le cuente lo que una vez me contó Ralle, el de Contros Sioux.
Me dijo que los muertos tienen almas, pero cuando le pregunté
cómo es eso posible --yo creía que los muertos son ánimas--,
Me sacó del trance.  ¿No le hace sospechar eso
que hay algo que los muertos se guardan para sí?
Sí, hay algo que los muertos se guardan para sí.

Hijo: ¿No querrías contarle qué es lo que tenemos
en el altillo, mamá?

Madre: Huesos, ... un esqueleto.

... Fragmento extraído de Poemas de Robert Frost, editorial Corregidor.

Colaboradores