domingo, diciembre 21, 2008

De una carta de J.R.R. Tolkien

052 De una carta a Christopher Tolkien

29 de noviembre de 1943

En el verano de 1943, Christopher, que por entonces tenía dieciocho años, fue llamado a la RAF (Real Fuerza Aérea). Cuando esta carta fue escrita, estaba en un campo de entrenamiento en Manchester.


Mis opiniones políticas se inclinan más y más hacia el anarquismo (entendido filosóficamente, lo cual significa la abolición del control, no hombres barbados armados de bombas) o hacia la monarquía «inconstitucional». Arrestaría a cualquiera que empleara la palabra Estado (en cualquier otro sentido que no fuera el reino inanimado de Inglaterra y sus habitantes, algo que carece de poder, derechos o mente) y después de darle la oportunidad de retractarse, ¡ejecutarlo si se obstina en no hacerlo! Estaría muy bien poder volver a los nombres personales. Gobierno es un sustantivo abstracto que significa el arte y el proceso de gobernar, y debería ser un delito escribirlo con G mayúscula o referirlo a gente. Si la gente tuviera la costumbre de referirse al «consejo del rey Jorge» o a «Winston y su pandilla», se contribuiría así a aclarar el pensamiento y a reducir el espantable desliz hacia la personalocracia. De cualquier modo, el estudio propio del Hombre es cualquier cosa, salvo el Hombre; y la tarea más impropia de cualquier hombre, aun de los santos (que, de todos modos, son los menos dispuestos a asumirla), es mandar en otros hombres. Ni siquiera uno en un millón es adecuado para ello; al menos, entre los que buscan la oportunidad para hacerlo.(...)

Bueno, salud y todas esas cosas, mi muy querido hijo. Nacimos en una era oscura fuera del momento debido (para nosotros). Pero hay este consuelo: de otro modo no sabríamos lo que amamos o no lo amaríamos tanto. Imagino que el pez fuera del agua es el único que tiene vocación acuática. También tenemos todavía pequeñas espadas que somos capaces de utilizar: «No me inclinaré ante la Corona de Hierro, ni dejaré caer mi pequeño cetro de oro».2 Arroja a los Orcos aladas palabras, hilden-æ-ddran (víboras de guerra), dardos mordientes, pero asegúrate del blanco antes de disparar.

2 Dos versos del poema de Tolkien «Mythopoeia», escrito para C. S. Lewis (autor de Las Crónicas de Narnia)

-- No diré nada salvo invitarlos a pensar...

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